domingo, 13 de mayo de 2012

Destino



Hoy he  vuelto a saber de ti
de tu penar, de tu tristeza
de la queja al aire
por ese hijo que no llega.

Ay! La juventud se va y el tiempo apremia.

Recuerdo cuando niños, cuanto tiempo ya
me pediste que fuese tu novia
y tonta de mi, no sabia lo que eso suponía.

La vida nos vuelve a juntar ...
Que desatino!!!
Ahora cuando menos sé lo que quiero
o lo que persigo.

Encrucijada de caminos en la que me hayo
no logro discernir el sendero que la vida para mi escogió.

Suplico a Dios
de su  mano me guíe
para no agraviar a los que más quiero,
lo que da a mi vida sentido.

Fuerza en la flaqueza
luz en la oscuridad
valentía frente al miedo
solo cuando duermo lo consigo.

Silencio, silencio, silencio
necesito silencio en mi cabeza
silencio en mis oídos.
silencio en el que poder escuchar mis pensamientos doloridos.

viernes, 4 de mayo de 2012

Otro día más ...


Y que esta vida perra me tenga encadenada aquí cuando ya no siento nada .
Pagaría el jornal de mi vida por saborear la libertad de la que disfruto en mis pensamientos, oler el aire como lo hacen los animales más libres del planeta, saborear el néctar de las flores como lo hacen las abejas. Siento la necesidad de estallar en mil colores para  romper la negra sombra por la que me siento cubierta.
Que fácil sería cruzar esa estrecha linea que de ti me separa padre pero, por el respeto que te tengo y el temor de no encontrarte me retrae. Tan cruel debe ser el castigo como delito de mi corazón a mis dos soles, como dañarlas, inocentes, injustos pero prudentes estos pensamientos...  los que me retienen. Así ya tengo algo, algo vivo y verdadero para contenerme.
Reproches, por que reprocharme? si cuanto hago lo pienso en eses segundo que la vida me ha regalado y si yerro es por que en el error, uno aprende.
Inconsolable me siento, pero, soportable ante la dicha de sentir que puedo, aunque solo sea por un segundo, por un instante ante sus risas y jaleos, ante sus bondades infantiles hacia mi, hacia la vida que las espera en su juventud despreocupada. ¡Como faltarles!
Y una vez más ahogada y retraída en mis deseos por no herir con mi egoísmo inconsciente...
Cuando ruedan en mis mejillas las lágrimas siento que el desahogo merece la pena, que no por callar será más fácil.